‍Goethe: "La magia está en creer en ti mismo; si puedes hacer eso, puedes lograr cualquier cosa."

Piensa en las historias que te cuentas cada día. Seas consciente o no, estas narrativas internas moldean silenciosamente tu confianza, tus decisiones y cómo experimentas y te presentas en el mundo. Los psicólogos lo llaman la profecía autocumplida: aquello en lo que crees, tiendes a convertirte.

Imagina esto: te diriges a una reunión importante. ¿Tu primer pensamiento? "Siempre lo arruino." Esa creencia comienza a moldear tu postura, tu voz, tus palabras. Antes de que te des cuenta, estás probándote a ti mismo que tenías razón. Pero cambia el guion a "Estoy preparado y soy capaz", y todo cambia. Hablas con más claridad, mantienes contacto visual, permaneces centrado.

George Bernard Shaw lo capturó hermosamente cuando dijo: "La gente siempre culpa a las circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. Las personas que avanzan en este mundo son aquellas que se levantan y buscan las circunstancias que desean, y si no las encuentran, las crean."

La ciencia respalda esto. El psicólogo Albert Bandura, pionero del concepto de autoeficacia, descubrió que creer en nuestra capacidad para influir en los resultados afecta directamente nuestra motivación, perseverancia y éxito.¹ Enfatizó que la habilidad no es fija, sino que fluctúa según las circunstancias y está moldeada por la confianza. "Las creencias de las personas sobre sus habilidades", escribió, "tienen un profundo efecto en esas habilidades".² Y cuando enfrentamos desafíos, nuestra historia interna marca la diferencia.

Quienes dudan de su capacidad para enfrentar desafíos se desaniman más fácilmente ante el fracaso, mientras quienes creen que pueden manejar dificultades son más resilientes y persistentes. En otras palabras, la creencia se convierte en un amortiguador contra el estrés, y el éxito comienza con la convicción interna.

Por ejemplo, alguien que intenta dejar de fumar. Bandura identificó las experiencias de dominio—superar obstáculos exitosamente—como la forma más efectiva de desarrollar la autoeficacia.³ Si alguien cree en su capacidad para resistir antojos y logra hacerlo aunque sea una vez, esa experiencia se convierte en una base para la confianza. Cada pequeño éxito fortalece su creencia en su capacidad para dejar completamente, y esa convicción impulsa la persistencia necesaria para un cambio a largo plazo.

Del mismo modo, en las relaciones, las personas que creen merecer amor y respeto tienden a formar conexiones más profundas y saludables. Cuando surge un conflicto, lo manejan con empatía y comprensión en lugar de inseguridad o actitud defensiva.

En educación, los estudiantes que adoptan una mentalidad de crecimiento—creyendo que su inteligencia y habilidades pueden mejorar con esfuerzo—obtienen mejores resultados académicos. Bandura también señaló que observar el éxito de otros puede mejorar la propia creencia en el éxito: "Ver a personas similares a uno mismo tener éxito mediante esfuerzo sostenido eleva la creencia de los observadores de que también poseen las capacidades para dominar actividades comparables".⁴ Este principio de modelado social explica por qué los mentores, compañeros y modelos a seguir son tan influyentes.

Esto no es solo teoría para mí. Al inicio de mi carrera, dudaba de mi preparación para liderar. Recuerdo haber rechazado la oportunidad de dirigir un equipo multinacional porque no creía estar cualificado. Meses después, cuando surgió otra oportunidad, me detuve. Me recordé a mí mismo que no me habrían ofrecido el puesto si no fuese capaz. Dije sí. Ese sí cambió todo. No fue confianza—fue valentía mezclada con auto-creencia. Ese paso adelante me mostró de lo que era capaz.

Y algo que he aprendido con dificultad: la creencia no se construye en aislamiento. Nunca pensé que podría escribir un libro hasta que la gente a mi alrededor empezó a decirme: "Tienes algo importante que decir". Amigos. Mentores. Familia. Su creencia se convirtió en el andamiaje que necesitaba para intentarlo. Ellos sostuvieron la visión hasta que yo pude hacerlo.

El apoyo no solo nos ayuda a sentirnos bien—proporciona la estructura emocional que nos permite intentar, fracasar e intentarlo nuevamente. Es fácil hablar de creer en uno mismo como algo que construimos solos, pero la mayoría necesitamos recordatorios externos. Una palabra amable en el momento justo puede resonar más fuerte que una docena de dudas. Amigos que envían un mensaje de "Sigue adelante", o una pareja que se sienta silenciosamente a tu lado mientras escribes, o un mentor que comparte sus propias luchas tempranas—estos momentos dan forma a la valentía. Nos anclan. Hacen que el trabajo invisible de construir creencia sea un poco más tangible.

Este cambio de mentalidad no es magia; es una práctica deliberada de replantear la narrativa que te cuentas a ti mismo. Significa ver los contratiempos como obstáculos temporales en lugar de barreras permanentes. Cada dificultad se convierte en un peldaño hacia la mejora y el éxito.

Cuando cultivas activamente creencias positivas sobre ti mismo, enciendes una poderosa fuerza interior que te impulsa hacia adelante. En lugar de limitar tu potencial, estos pensamientos empoderadores expanden tus posibilidades y abren puertas que nunca imaginaste. Como suele decir Tony Robbins, se trata de aprender a "liberar el poder interior".

Entonces, ¿cómo cambiamos realmente estas narrativas internas?

Pasos prácticos para transformar tu narrativa interior

Si quieres empezar a cambiar tu historia, aquí tienes cinco prácticas que te pueden ayudar:

• Observa tu guion interno: ¿Cuál es tu pensamiento automático cuando enfrentas algo difícil? ¿Te ayuda o te limita?
• Reformula con amabilidad: No luches contra la duda. Recíbela con compasión. Cambia “No soy bueno en esto” por “Estoy aprendiendo”.
• Celebra los micro-logros: ¿Diste un paso, aunque no fuera perfecto? Eso cuenta. Deja que esas pequeñas victorias se acumulen.
• Apóyate en tu gente: Identifica quiénes te levantan. Deja que su fe en ti llene los vacíos cuando la tuya flaquee.
• Dilo en voz alta: Las afirmaciones no son tonterías, son entrenamiento para tu mente. Dilo con convicción: “Soy capaz. Puedo resolver esto.”

Creer en uno mismo no se trata solo de pensar en positivo. Se trata de construir confianza en ti mismo, una elección, una creencia, un acto valiente a la vez. Y está bien pedir ayuda en el camino. La mayoría de nosotros la necesitamos.

Así que pregúntate: ¿Qué historia te estás contando hoy? ¿Te ayuda a crecer? ¿Te eleva o te limita? Al elegir conscientemente creencias positivas—y apoyarte en quienes creen en ti—puedes reescribir tu narrativa y crear la vida que realmente deseas.

FUENTES
Taherkhani, Z., Kaveh, M.H., Mani, A. et al. The effect of positive thinking on resilience and life satisfaction of older adults: a randomized controlled trial. Sci Rep 13, 3478 (2023).

NOTAS
¹ Albert Bandura, Self-Efficacy: The Exercise of Control (New York: W. H. Freeman, 1997), 42.
² Ibid., 80.
³ Ibid., 79.
⁴ Ibid., 87.
Taherkhani, Z., Kaveh, M.H., Mani, A. et al. The effect of positive thinking on resilience and life satisfaction of older adults: a randomized controlled trial. Sci Rep 13, 3478 (2023).

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