Coaching de habilidades mentales

El Viaje de la Confianza Parte 3 – Los Orígenes de la Confianza

September 7, 2025
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René Sonneveld

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Este artículo es parte de "The Confidence Journey," una serie de seis capítulos que exploran qué es realmente la confianza, cómo se construye y por qué importa en el deporte, en los negocios y en la vida.En las dos primeras partes vimos la confianza como el puente entre la duda y la acción, y cómo los pequeños momentos moldean silenciosamente la creencia. Ahora vamos más profundo hacia sus raíces.La confianza tiene orígenes en quiénes somos y en cómo nos preparamos. Parte de ella es estable, construida a lo largo de años de experiencia. Parte es situacional, encendida en el momento cuando la preparación se encuentra con la oportunidad. Ambas importan, y ambas pueden entrenarse.

LOS ORÍGENES DE LA CONFIANZA

La confianza se presenta en dos formas. La estable, moldeada por quién eres y la vida que has vivido. Y la situacional, provocada por la preparación en el momento. Ambas importan. Ambas pueden entrenarse.

La forma estable es lo que los psicólogos llaman confianza de rasgo. Es la base profunda que llevas contigo a través de los desafíos. La construyes en silencio con el tiempo. Cada vez que caes y te levantas, como cuando aprendiste a andar en bicicleta, agregas otra capa. Cada vez que enfrentas un fracaso y descubres que no te destruye, esa base se fortalece. La confianza de rasgo no grita. Corre bajo la superficie, estable y confiable, lista para sostenerte cuando la presión aumenta.

La forma situacional es la confianza de estado. Es la creencia que puedes invocar en el momento cuando realmente cuenta. Piénsalo como encender un interruptor que la preparación ya ha cableado. Un atleta la siente antes de un penalti porque horas de entrenamientos han grabado el movimiento en la memoria muscular. Un ejecutivo la siente antes de una presentación al directorio cuando el ensayo transforma los nervios en enfoque. La confianza de estado no es permanente, pero es poderosa. Y no necesitas nacer con ella. Puedes construirla cada vez que te preparas con intención.

Vi ambas formas en acción cuando trabajé con Ronaldo de Assis Moreira, más conocido como Ronaldinho, y su familia en Río de Janeiro. Su hermano Roberto “Lalo” era su representante, su hermana Deisi siempre estaba cerca y su madre Dona Miguelina era la fuerza silenciosa detrás de todo. La confianza de rasgo de Ronaldinho venía de años jugando descalzo en las calles de Porto Alegre, regateando alegremente a chicos mayores hasta que la creatividad se volvió su segunda naturaleza. Su confianza de estado aparecía cada vez que entraba en el Camp Nou frente a noventa mil aficionados, encendiendo el interruptor en los grandes momentos porque había ensayado su genialidad miles de veces antes. Ver a esa familia de cerca me enseñó que la confianza se hereda de la experiencia y también se invoca bajo los reflectores.

Las dos formas se alimentan mutuamente. La preparación construye la confianza de estado. Suficiente confianza de estado, repetida con el tiempo, se convierte en parte de tu base estable de confianza de rasgo. Y la confianza de rasgo, a su vez, facilita prepararse bien e invocar la confianza de estado la próxima vez. Este ciclo es la razón por la cual la repetición en el entrenamiento importa tanto. Cada repetición puede parecer pequeña por sí sola, pero juntas construyen una fuerza duradera. Es como desarrollar músculo en el gimnasio. Una repetición puede no parecer importante, pero con el tiempo la fuerza se convierte en parte de ti. (El tema de la repetición deliberada y el entrenamiento de rendimiento mental se explorará más a fondo en la Parte 5.)

CÓMO CONSTRUIR AMBAS FORMAS

Entonces, ¿cómo se construyen ambas formas? Dos palancas se destacan: la autoconciencia y la preparación.

La autoconciencia te muestra dónde eres fuerte y dónde tiende a colarse la duda. La preparación toma esa información y la convierte en acción. Juntas, transforman la incertidumbre en impulso.

Sin embargo, la mayoría de las personas sobreestima cuánta autoconciencia realmente tiene. Una investigación de la psicóloga organizacional Tasha Eurich encontró que, aunque el 95 por ciento de la gente cree ser consciente de sí misma, solo entre el 10 y el 15 por ciento realmente lo es. Esa brecha importa para la confianza. Si no puedes ver tus puntos ciegos, no puedes prepararte para ellos.

Una vez entrené a un ejecutivo que pensaba que su mayor desafío era hablar demasiado poco en las reuniones. Lo que no se daba cuenta era que su presencia silenciosa ya tenía peso, pero su falta de preparación lo hacía divagar cuando finalmente hablaba. El problema no era el volumen. Era la claridad. Una vez que vio ese punto ciego, su preparación cambió, y también lo hizo su confianza.

La preparación es la segunda palanca. No se trata solo de ensayar contenido, sino también de ensayar estados mentales. Los atletas hacen esto todo el tiempo: la rutina previa al partido, la visualización, los ejercicios repetidos hasta que los movimientos se vuelven automáticos. Los ejecutivos pueden hacer lo mismo antes de una conversación de alto riesgo. Cuando la preparación llega a este nivel, los nervios dejan de ser un enemigo y empiezan a ser combustible.

REFLEXIÓN FINAL

La autoconciencia y la preparación juntas forman la base que permite que la confianza crezca. Una te muestra las brechas. La otra te da las herramientas para llenarlas. La confianza se expande cuando ambas están en juego.

La confianza no es una poción misteriosa regalada a unos pocos afortunados. Es una práctica. Construida en quién eres, afilada en cómo te preparas y disponible para cualquiera dispuesto a hacer el trabajo.

Así que, ¿en qué parte de tu vida necesitas prepararte con más intención? ¿Y cómo cambiaría tu confianza si convirtieras esa preparación en un hábito?

Me encantaría conocer su opinión sobre este tema.

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